“Aquí nos han ofrecido muchas cosas, pero a lo bien, nos han
ofrecido cursos de celaduría o vigilancia, para un sueldo de un mínimo, que hoy
en día no le sirve a uno para nada”
Eduardo Vargas trabaja de sol a
sol, en su puesto de venta de camisetas desde el año 2006, en el corredor vial
de la Avenida Ciudad de Cali, zona sur de Suba.
Tiene 43 años de edad. La motivación
que Eduardo tiene de vender camisetas en la calle es el desempleo, y toda su
familia que se dedica al rebusque en otras partes de la ciudad de Bogotá, como
San Victorino, Restrepo y Centro Suba.
Con un rostro que refleja
serenidad, Eduardo reconoce que tiene días buenos y también días flojos. Puede
ganar 30, 40, 50 mil pesos, dependiendo del día.
La mercancía que él comercializa
es nacional, no es de contrabando. Todas esas camisetas estampadas se hacen aquí
mismo en Bogotá.
En su puesto de venta calcula que
tiene más o menos 4 millones de pesos. Al término de la jornada la lleva a
guardar a una bodega cercana allí mismo en Suba.
Este rebuscador no tiene otra
actividad alterna, a este oficio de vender camisetas estampadas. A Eduardo le
han ofrecido por parte del Sena cursos de vigilancia, pero el mínimo que pagan,
confiesa, no le sirve para sostener a su familia, que se compone de su esposa,
dos hijos y dos sobrinos.
La pandemia y las protestas
sociales que se presentaron muy cerca de su puesto de venta, lo afectaron
mucho, porque a la gente le daba miedo salir a comprar y los clientes se
alejaron. Se fueron a otro lugar y a los centros comerciales. Eduardo recuerda
que 5 o 6 años atrás las ventas eran muy buenas.
Le comento a Eduardo, que la
Alcaldesa Mayor de Bogotá, está haciendo una campaña en el centro de la ciudad,
en la carrera séptima. Claudia López quiere darle a cada vendedor ambulante un área
de 4 metros cuadrados para colocar su puesto de venta; él me manifestó que no
estaba enterado y explica que en un sitio de 4 metros cuadrados se puede
trabajar. Anteriormente le ofrecieron a Eduardo en el mandato del Alcalde
Enrique Peñalosa, unas ¨caletas¨ de 1,20 metros cuadrados, y ahí dice él, no se
puede trabajar. Afirma que en vez de ayudarlo lo ayudan es a quebrar.
Terminamos la entrevista, preguntándole:
¿cuál consejo le daría a los venezolanos para que salgan de la delincuencia y
formen emprendimientos o rebusques como el suyo? Sin pensarlo, contestó que no
les daría su consejo, porque considera que son gente que no se dejan ayudar, ni
de una u otra manera. Dice él que ellos tienen su forma de trabajar, a ellos se
les explica, y eso es perder el tiempo.
La Chiva se comprometió a través de
este Blog a hacer su trabajo visible y que la Alcaldía lo patrocine con sus políticas de espacio público,
como lo están haciendo con otra gente del rebusque, en el centro de Bogotá.
Reportero: César Ramírez – Cámara: Juliana Sánchez
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